La presencia de personas negras esclavizadas en Cofradías. El caso de San Bartolomé de Tirajana.


La presencia de personas negroafricanas en las Islas Canarias se documenta desde el s. XV con la introducción del sistema plantacional azucarero que auspiciará la llegada masiva de gentes procedentes de Cabo Verde o Guinea bajo el signo de la esclavitud. 

El 12%de la población de Las Palmas lo constituían, por aquel entonces, personas esclavizadas. Entre 1510 y 1569, el contingente poblacional rondaría las 1371 de personas negras de un total de 1956 de personas esclavizadas.


Por este entonces, en el plano de las festividades locales, la Cofradía de San Sebastián de Tirajana, conmemoraba la onomástica de su imagen titular con un sermón seguido de una procesión por las calles, la cual era amenizada con cánticos y los denominados “bailes de negros al son del tambor”. En este punto, es  importante entender que las personas negras esclavizadas que participaban de dicha festividad lo hacían, en la mayoría de los casos, bajo la imposición ajena y/o la resignación propia como herramienta de supervivencia. Y en otros, como modo de generar espacios de resistencia. 

Los bailes de la comunidad afrodescendiente de San Bartolomé de Tirajana continuaron realizandose hasta que el sacerdote trató de impedir la participación de personas negras en la festividad en 1814, año en el que se abolió la esclavitud en la España peninsular, siendo permitida en las colonias. 


Por otro lado, La segunda mitad del s. XVIII y la primera mitad del s. XIX, suponen una etapa de profundos cambios en la percepción local de la negritud, sobre todo a raíz del proceso de independencia de Haití.

El poder hegemónico percibió como potencialmente peligrosa la congregación de personas negras, haciendo que las denominadas Cofradías de pardos y morenos adquiriesen una nueva significación a ojos del poder dominante en San Bartolomé de Tirajana. 

Se comienza a prestar una mayor atención a determinados subrefugios, que pudiesen generar sentimientos de cohesión grupal capaces de impulsar formas encubiertas de resistencia afrodescendiente.


Un aspecto clave, viene determinado por el hecho de que la “aceptación” del cristianismo por parte de la negritud afrodescendiente, no significó, necesariamente, el abandono de las religiones africanas. Muy al contrario, la mayoría de las comunidades afrodescendientes, se inmersionaron en un proceso de intercambio de creencias y rituales que desembocó en una nueva forma religiosa creativa, cimarrona y libertadora. 



BIBLIOGRAFÍA


Méndez Gómez, S. (2016). “Que los morenos de San Bartolomé de Tirajana se quejan”. Religiosidad, sociabilidad y resistencias en Cofradías de negros y Cabildos de nación en Canarias y Cuba (1750-1850). XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014), XXI-029. http://coloquioscanariasmerica.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/9511


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